Cuando se produce un impago, una de las cuestiones más preocupantes es cuánto tiempo se tarda en recuperar el importe, así como el proceso mismo que se ha de llevar a cabo para conseguirlo. Hoy vamos a hablar de cómo acelerar el proceso de recobros para minimizar las molestias derivadas de la morosidad, además de pautas para establecer colaboraciones valiosas y útiles a nivel empresarial y profesional.
La morosidad es un problema más frecuente de lo que se puede creer y, en épocas de crisis económicas, como las que hemos vivido recientemente, las cifras se disparan a niveles realmente preocupantes. Pero encontrar una buena solución para acelerar el proceso de recobros está al alcance de la mano para muchos profesionales del sector legal, como veremos a continuación.
¿Qué pasos se han de seguir para cobrar una deuda pendiente?
Para cobrar una deuda pendiente, es importante tener en cuenta los plazos, ya que puede darse el caso de que la acción judicial para reclamar la deuda prescriba y ya no se pueda reclamar por esa vía. Dependiendo del tipo de deuda, existen unos periodos concretos de prescripción y caducidad pero, por regla general, oscilan alrededor de los 5 años.
Para iniciar el proceso de recuperación de una deuda por vía judicial, lo ideal es hacerlo mediante un procedimiento monitorio, que es un proceso judicial ideado para acelerar el proceso de recobros y agilizar los trámites judiciales derivados. Es un proceso relativamente sencillo y rápido, que incluso se puede iniciar sin contratar asistencia legal.
Aunque el importe adeudado sea superior a 2.000 €, se puede iniciar el proceso monitorio de manera particular y sin tener que contratar los servicios de procuradores o abogados, aunque siempre es recomendable contar con asistencia legal para este tipo de situaciones, dado que su experiencia y bagaje profesional pueden ser de gran utilidad durante todo el proceso.
Eso sí, si el importe supera los 2.000 €, sí que será necesario contratar los servicios de un abogado y un procurador que nos asistan para el caso de que el demandado conteste oponiéndose a la demanda de monitorio, siendo obligatoria la concurrencia de tales profesionales para la transformación del proceso en el verbal u ordinario correspondiente.
Un juicio monitorio suele tardar meses en resolverse, pero es una de las maneras más sencillas y eficaces de acelerar el proceso de recobro para terminar con la situación de impago.
¿Es posible acelerar el proceso de recobros?
Es por todos conocida la demora que existe para prácticamente cualquier proceso judicial ante la saturación de casos, ya sean civiles, como en el caso de la mayoría de los impagos, ya sean penales.
Pero existen métodos y herramientas, tanto para profesionales como para el público en general, que resultan sumamente útiles y posibilitan acelerar el proceso de recobro para que sea lo más ágil posible.
Herramientas útiles para acelerar el proceso de recobros
Los ficheros de morosidad son una de las herramientas más útiles que existen actualmente para acelerar el proceso de recobros, ya que son una increíble fuente de información a la que cada día consultan miles de empresas y particulares.
Un fichero de morosidad tiene un objetivo principal: Ser una herramienta de economía colaborativa, ya que permite a particulares y empresas saber si un cliente o cliente potencial tiene deudas pendientes, lo que les da la posibilidad de tomar decisiones al respecto para verse afectados también por sus impagos.
Pero, por otro lado, de manera indirecta también se convierte en una manera eficaz de obligar a los morosos a saldar sus deudas pendientes, ya que, de lo contrario, la inclusión de sus datos en el fichero les provocará los correspondientes inconvenientes para su reputación financiera.
¿Cómo se puede acelerar el proceso de recobro de una deuda judicial?
Existe una herramienta sumamente útil a nivel profesional, como es el Registro de Impagados Judiciales (conocido por sus siglas, RIJ).
Este fichero de morosidad es el primero y único a nivel judicial y permite que los profesionales del sector puedan acceder a información realmente valiosa sobre deudas judiciales. El RIJ es una creación del Consejo General de la Abogacía Española y supone un paso hacia la vanguardia y optimización de los recursos disponibles para los profesionales del sector jurídico y legal. Entre sus impulsores destacan igualmente la empresa líder en información mercantil INFORMA (filial del grupo CESCE) y NTT DATA.
Para poder hacernos una idea del alcance y beneficio que puede aportar una herramienta como el RIJ, hay que destacar que, en el año 2020, aún sumidos en plena pandemia y la crisis derivada de esta, ha conseguido recobrar más de 30 millones de euros. Gracias a este novedoso fichero las deudas incluidas en el mismo son ya accesibles al sistema financiero y empresarial español a través de INFORMA y la multinacional EXPERIAN.
España es un país pionero en lo relativo a acelerar el proceso de recobro. Gracias al fichero de morosidad del RIJ, si un deudor. ya esté condenado con sentencia judicial al pago de la deuda, o no, no hace frente al abono de la misma, puede ver sus datos incluidos en un registro que dejará en una posición más que cuestionable su reputación económica y le impedirá tener acceso a financiación. Si se trata de empresas o profesionales, también pueden verse seriamente perjudicados, pues clientes potenciales pueden dejar de contratar sus servicios o venderles sus productos si tienen dudas respecto a su solvencia.
Ampliando horizontes
El modelo de trabajo del RIJ se basa tanto en la innovación como en la economía colaborativa. Gracias a la implantación de tecnologías basadas en el Big Data, es posible tener acceso a una gran cantidad de información desde cualquier parte. El requisito para publicar es ser titular, o actuar en representación de aquél, de una deuda cierta vencida y exigible, y para consultar, el requisito es ostentar un interés legítimo en ello, como sería que el profesional del Derecho (o su cliente) tenga un contrato en vigor con el consultado o que éste esté interesado en contratar un servicio de pago aplazado o facturación periódica.
Todo esto ha suscitado gran interés en el sector a todos los niveles, atrayendo a un gran número de clientes tanto a nivel nacional como internacional. El RIJ es una herramienta muy innovadora que permite la digitalización de todo tipo de datos relativos a los impagos judiciales, lo que agiliza sumamente el trabajo de los profesionales del sector y posibilita en gran medida acelerar el proceso de recobro de las deudas.
Algunos de los puntos fuertes del RIJ
Al ser una plataforma digital, el Registro de Impagados Judiciales permite su acceso y consulta a personas de cualquier parte. Profesionales procedentes de toda España pueden acceder a la valiosa información que contiene el RIJ a un precio muy asequible y competitivo y desde la comodidad de su despacho, con el increíble ahorro de costes y de tiempo que eso supone.
Gracias al uso de las tecnologías más avanzadas e innovadoras, junto al Big Data, el RIJ se ha convertido en una herramienta de economía colaborativa increíblemente útil a la que miles de profesionales recurren cada día para consultar datos sobre clientes o terceras partes implicadas en algún caso de su competencia.
La popularidad del Registro de Impagados Judiciales ha hecho posible su colaboración con otras entidades de prestigio, como Informa D&B o la multinacional Experian. Juntas, han dado un fuerte impulso a la digitalización de los procesos de reclamación y consulta de impagos prejudiciales y judiciales, así como su difusión a otras empresas del sistema financiero y empresarial español. Esto ha permitido acotar todo tipo de deudas, incluidas aquéllas por incumplimiento de sentencias judiciales firmes, derivadas de juicios por impagos de pensiones alimenticias, de alquileres o cualquier otro tipo de morosidad.
La colaboración y digitalización permite una democratización excepcional en el uso de este tipo de información, así como acelerar el proceso de recobro, siempre conforme a la normativa vigente y con todas las garantías legales para ambas partes implicadas (tanto para el deudor como para el acreedor).