Las deudas atrasadas son cada vez más comunes en el entorno de empresas y también con relación a las personas físicas. Por ello es necesario conocer bien todo lo relacionado con el recobro de impagos para intentar en la medida de lo posible poder agotar todas las medidas posibles para no incurrir en ellos y si se da el caso, finalmente, de que se produce ese impago, ver cómo afrontarlos de la forma más eficaz posible.
A nadie le gusta enfrentarse a esta problemática, resulta en muchos casos un proceso tedioso que puede no saberse cómo actuar o qué soluciones poner. Sin embargo, como es un problema que se está comprobando cómo se repite con asiduidad sobre todo en el ámbito de las empresas, debemos tener muy claro cómo proceder y así no acumular varios impagos que afecten y tambaleen la liquidez de la propia empresa.
Debido a la pandemia, la crisis sanitaria ha acarreado numerosas denuncias por recobro de impagos, algunas tramitadas por vías extrajudiciales y otras por vía judicial ante la imposibilidad de la recuperación de la cuantía de la misma de forma amistosa. Esta crisis sanitaria que ha arrasado con buena parte de la economía y el sistema que teníamos establecido, provoca que haya que prestar especial atención en este punto y tener muy bien analizados a nuestros clientes y proveedores. Conocer con quién se entablan relaciones comerciales es fundamental para no vernos inmersos en estos problemas de impago y por lo tanto incumplimiento de contrato.
Llegados a este punto, si nos vemos inmersos en ese momento en el que nuestro cliente no responde ante la obligación de pago que tiene contraída con su acreedor, es momento de iniciar el proceso de reclamación de esa deuda. No dejar pasar el tiempo y enfrentarnos al problema para poder saber exactamente los motivos por los cuales no se está pagando esa cantidad y poder así ponerle solución cuanto antes.
La importancia de conocer los pasos a seguir para recobrar un impago
Llegar a un acuerdo entre deudor y acreedor es el objetivo fundamental cuando hablamos de recobro de un impago. La deuda se convierte en la protagonista como en muchos casos también la angustia y la ansiedad que le puede producir al acreedor enfrentarse a un proceso como éste.
Para que no se llegue a esta situación tan extrema lo ideal es ir paso a paso y ver cuáles son las vías más propicias para contactar con el deudor para poder llegar mejor a él y así conseguir una mayor tasa de éxito en la recuperación del importe económico que tiene pendiente para con la persona física o jurídica.
La fase de recobro amistoso, es parte fundamental de todo este proceso. Es un momento en el cual el acreedor debe convencer al deudor para que abone la deuda pendiente de forma voluntaria y por lo tanto completamente amistosa, lo que implica no tener que recurrir a terceros y mucho menos a la Justicia. El cobro de un impago ya hemos detallado que no es tarea fácil y que por ello lo ideal es fijar bien todos los términos de la transacción económica en un contrato firmado por ambas partes para así utilizarlo como herramienta llegado el momento si se produjera el impago.
Fase o vía amistosa de recobro de impagos
Es fundamental agotar esta posibilidad antes de afrontar siguientes pasos. Para ello el acreedor debe revisar bien toda la documentación asociada al impago y ver que la deuda está vencida para poder ponerse en contacto con su ya deudor y poder reclamarla. Como el propio nombre indica, es a través de la vía amistosa por la que se realizará la reclamación, a través de llamadas telefónicas, envío de emails, cartas o faxes. Suelen ser las herramientas más útiles a la hora de realizar esta reclamación de impagos por la vía amistosa. Incluso se puede ejecutar una reunión cara a cara para manifestar la buena voluntad de ambas partes ante el pago de la misma. En esta reunión se puede concluir el motivo por el cual no se está respondiendo ante el pago y acordar de nuevo una nueva fecha de pago o incluso una posible refinanciación de la deuda. Todas las soluciones que se puedan ejecutar en este punto del proceso ayudarán a que no se dilate a otra fase más dura y complicada donde ya sí se tenga que contar con terceras personas que asuman este recobro de impago.
Vía extrajudicial
Una vez extinguidas todas las posibilidades por la vía amistosa, si vemos que no dan resultado es momento de tomar otra decisión y arrancar los movimientos que la vía extrajudicial pone a nuestra disposición. En este punto revisar toda la documentación asociada a la deuda todavía es más importante que en la vía anterior. Es vital cotejar todos los documentos para comprobar realmente que el impago que se ha producido cumple con todos los requisitos necesarios para poder ser reclamada.
La vía extrajudicial es la fase intermedia, el momento de seguir tendiendo la mano al deudor, pero ya a través de un método más agresivo. En este punto, existen varias empresas profesionales y dedicadas al recobro de deuda y que tienen una alta tasa de éxito, así como la participación del propio abogado. Estos profesionales funcionan como puente entre los acreedores y deudores para poder facilitar el trabajo de ambos y llegar a un acuerdo lo antes posible y preferentemente sin tener que recurrir a métodos más agresivos como puede ser la inclusión del deudor en un fichero de morosos. Esta es la herramienta a través de la cual estas empresas presionan a los deudores para que hagan frente al impago que tienen contraído con su acreedor. Si no responden en el plazo indicado pagando el dinero pendiente verán su nombre y todos sus datos personales reflejados en un fichero de morosos con todas las desventajas que esto implica. Son ficheros de consulta pública donde tanto empresas como particulares, administraciones e incluso entidades financieras tienen acceso y consultan ante cualquier movimiento financiero o laboral que el ya acreedor en el fichero quiera ejecutar. De ahí que sea la perfecta herramienta de presión y la tasa de éxito en recobro de impagos sea alta y los deudores paguen lo que deben.
El Registro de Impagados Judiciales, es un fichero de morosidad, creado por la Abogacía española, que está revolucionando la lucha contra la morosidad, ya que permite reclamar o consultar deudas prejudiciales o con resolución judicial firme, con altas tasas de recobro, al hacer accesible la informacón sobre impagos al sistema financiero y empresarial español a través de Infoma D&B y la multinacional Experian.
Recobro de impagos: Vía judicial
Esta fase se puede decir que suele ser la última oportunidad ante el recobro de una deuda que ya sabemos está vencida, documentada, es monetaria y por lo tanto perfectamente exigible.
Si la vía amistosa y la vía extrajudicial no han surtido el efecto que esperábamos y se sigue sin recuperar la cuantía de la deuda es momento de contar con la ayuda de la Justicia e iniciar un proceso de reclamación de deuda por la vía judicial.
Recurrir en este punto a un abogado y o procurador es la mejor de las decisiones, ya que aunque no sea estrictamente necesario en esta parte de reclamación inicial, siempre resulta útil estar bien asesorados. Esta vía judicial está asociada al proceso monitorio normalmente, cuando hablamos de reclamación de impagos. Este proceso es el que nos permite reclamar esta deuda de una forma relativamente sencilla, pero dentro del margen de la ley y utilizando todo lo bueno que puede ofrecernos. A través de esta herramienta se puede reclamar y conseguir el recobro de impagos de una forma bastante eficaz.